¿Filiberto Ojeda Rios? Presente
Manifestantes repudian el asesinato del líder nacionalista. Foto: AP
La tarde del 23 de septiembre de 2005, día en que los
puertorriqueños conmemoramos el abortado grito de independencia
de 1868 en Lares, cae abatido por la balas del imperio el luchador
boricua, Filiberto Ojeda Ríos. Sin negar, de una parte,
el dolor que su partida física provoca y, por la otra,
la ira de su asesinato por agentes del imperio,
consuela saber que él no se dejaría capturar vivo. Pero la
muerte alacanzó sólo su cuerpo. Para todos Filiberto vive.
Tenemos pena y estamos consternados (como Benedetti frente a la
muerte del Che). Que la pena nos dure para siempre no es lo que quiere
Filiberto. Nos quiere de pie y luchando. Nos quiere vivos como él.
Desde su nuevo escondite nos comanda.
Como Silvio me encuentro entre el "espanto y la ternura". El espanto
que me provocó el atrevemiento de los invasores y la enorme ternura
que despertó en mí, desde el primer momento, ese ya inmortal hombre
llamado Filiberto Ojeda Ríos.
La patria pasa lista: ¿Filiberto? Presente.
puertorriqueños conmemoramos el abortado grito de independencia
de 1868 en Lares, cae abatido por la balas del imperio el luchador
boricua, Filiberto Ojeda Ríos. Sin negar, de una parte,
el dolor que su partida física provoca y, por la otra,
la ira de su asesinato por agentes del imperio,
consuela saber que él no se dejaría capturar vivo. Pero la
muerte alacanzó sólo su cuerpo. Para todos Filiberto vive.
Tenemos pena y estamos consternados (como Benedetti frente a la
muerte del Che). Que la pena nos dure para siempre no es lo que quiere
Filiberto. Nos quiere de pie y luchando. Nos quiere vivos como él.
Desde su nuevo escondite nos comanda.
Como Silvio me encuentro entre el "espanto y la ternura". El espanto
que me provocó el atrevemiento de los invasores y la enorme ternura
que despertó en mí, desde el primer momento, ese ya inmortal hombre
llamado Filiberto Ojeda Ríos.
La patria pasa lista: ¿Filiberto? Presente.
Cada boricua, machetero.
Hilda/ septiembre/ 2005
.................................
Arpa de sangre
Réquiem por Filiberto Ojeda Ríos
Marcos Reyes Dávila
Dispararon una lluvia de estrellas
por los muros de la patria
las ventanas del alma
y las puertas del silencio
construyendo sin quererlo
en las paredes puertas y ventanas
una noche estrellada de disparos
como una lluvia de cucubanos
Las paredes sangraron
Toda la noche sangraron rosas
por la puerta muda como un luto
Bajaron el escalón y corrieron por la calle
justo como dijo el Gabo
Son las cuerdas de un arpa de sangre
que canta a la libertad.
Marcos Reyes Dávila
septiembre 2005
Fotografía por Farrique Pesquera
..........................................................
A FILIBERTO O LA PATRIA
Vicente Rodríguez Nietzsche
Filiberto Coquí, eres noticia.
Nuestro olvido pasó de largo
por tus Lares, sin oír
el cantar que melodiabas.
Este golpe asesino
repone
el 23 de septiembre
al fuego de la patria.
Clandestino y heroico
te encontrabas.
Asesinado vilmente
Por verdugos de una extraña patria
que se dedica a matar
niños en Irak y a producir metrallas.
De hoy en adelante, Filiberto Coqui,
cuando se invoque tu nombre
florecerán guajanas,
nuestra tierra parirá los bejucos
con que vamos a enlazar el cuello
de esos canallas...
23 de septiembre del 2005
..............................................................
Filiberto OjedaAlberto Guzmán Lavenant
Nadie me hablo de ti, Filiberto.
Nadie me hablo de mi hermano
ni me entero que tu sangre era igual a la mía
Perdona Ojeda, que ignorara de tu vida.
Es más grande el dolor así, por tu muerte.
Puerto Rico es tu patria y por tanto la mía.
No te has muerto Ojeda, has nacido
y tu polvo será la semilla
de esa planta del Caribe que alimente a tu pueblo
Comentarios
Un beso
Hilda